Jelou:
Durante los años de pobreza, la comunidad de ND fabricaba sus propios ladrillos de la arcilla del fondo de sus lagos. Muchos de los edificios más viejos están construidos con esos ladrillos hechos a mano: Main Building, la Iglesia del Sagrado Corazón, Sorin, Badin Hall, etc. No son los ladrillos modernos, pero son apreciados por su vínculo con los esforzados pioneros de este lugar que pusieron su sudor y sangre en ellos. Frank O'Malley amaba este lugar y cada uno de sus ladrillos, los nuevos y los antiguos; pero no estuvo siempre completamente feliz aquí. Durante algunas administraciones cuyas políticas no compartía, a menudo se le escuchó decir: ¡Hay sangre en esos ladrillos! En una conversación que tuvo con el presidente de la universidad, en que éste le decía que Main Building -el del domo de oro-debía ser reubicado, O'Malley le repitió aquella frase. El presidente le respondió: podemos conseguir nuevos ladrillos y untarlos con nueva sangre. O'Malley estaba horrorizado.
No es reporteo mío, sólo cito la pág. 142 de una biografía que le escribió un ex alumno a O'Malley, uno de los culpables de que yo esté aquí hoy.
Hace ya un buen rato terminé el ensayo final del curso de heroísmo. Terminé relativamente temprano; son casi las tres de la mañana y muchos todavía están estudiando porque mañana -en un ratito más- se entregan los ensayos finales y tenemos que hacer las pruebas correspondientes. Terminé de escribir el ensayo hace un buen rato ya y se lo pasé a un compañero para que me corrigiera la ortografía y gramática (¡lo siento, no puedo evitarlo, ni siquiera en inglés! Los profesores nos perdonan más a los extranjeros, pero ya tengo inoculado el virus que me provoca reacciones químicas nefastas cuando cometo faltas de ortografía). Esta va a ser, en buena medida, la última noche aquí en ND. Técnicamente mañana viernes tenemos la ceremonia de graduación y fiesta ad hoc, pero va a ser una noche de fiesta, no una noche de ND. El sábado parto a Chicago con Roberto Munita hasta el 31 de julio, cuando vuelvo a Chilito.
Decidí terminar el ensayo temprano y no partirme el cráneo estudiando para los exámenes por una serie de razones: la menos importante, es que la materia creo que la manejo lo bastante bien como para sacar una buena nota... y me ha ido bastante bien en las entregas anteriores, por lo que no debería tener sobresaltos mañana. Pero la razón más importante, es que a diferencia de los días anteriores, hoy el tiempo se transforma en un bien escaso a tal punto que ya no lo puedes comprar con dinero, no lo puedes obtener acomodando otras actividades ni rasguñando la agenda. Esta es una ND en ND. Curioso. Es igual que cualquier otra noche. Es oscura, tiene casi la misma luna. Hice lo mismo que aquella primera noche, pero es una noche distinta. Hace un mes salí a caminar por el campus y hoy también. Partí por la gruta, donde se le reza y se le mantienen prendidas cientos de velas a la Virgen; allí recé por todos y cada uno de ustedes, y por muchos otros que no están en esta lista ni en este mundo, pero que también son culpables de que hoy yo esté aquí. En esa gruta rezamos el Rosario y hay una piedra original de la gruta de Lourdes, donde se apareció "Notre Dame du Lac", Nuestra Señora del Lago, que es el nombre completo de esta universidad.
Me fui a dar vueltas por todos lados, tomé algunas fotos nocturnas bien bonitas (las de día me salen bien, porque la máquina hace lo suyo; pero de noche, ahí hay que meterle mano a los botoncitos) pensando en qué era lo que me tenía tan feliz, qué era lo que hacía tan especial todo esto... y me acordé que, como casi todo lo que me sorprende de esta vida, no lo inventé, no lo creé ni lo dije yo, sino que lo había dicho alguien antes. Hay sangre en estos ladrillos.
En mi paseo llegué a la biblioteca, allí estaban casi todas las personas con las que compartí este mes aquí. Entré, saludé a algunos, pero me fui directo al buscador. En el noveno piso estaba el libro que andaba buscando. Bajé a la sala de lectura. Allí estaba Aarón, el coordinador mexicano a cargo de nosotros. Claramente él no estaba a esa hora en la biblioteca porque estudiara para un examen. Me dijo que estaba ahí por placer. "Trabajo todo el año para esto", pasearse por la biblioteca y vernos estudiar, discutir, escribir, cabecear y doparnos con cafeína. Como ya se había enterado de esta lista de correos y del blog, me dijo que tenía que escribir algo. "Tienes que escribir un par de páginas de por qué esto es tan especial, qué es lo que lo hace tan especial", me dijo con ese acento particular. Le pasé el libro de O'Malley abierto en la página 142. Ahí estaba una parte de su respuesta. La otra parte, la intentaré yo a continuación.
¿Qué lo hace tan especial, a parte del soporte físico ND? La sangre pues. Sangre de todas partes del mundo. Porque aquí venimos a estudiar temas sangrientos. O sea, el heroísmo no es un asunto que se despache como una clase de biología en la que te enseñan las fases de la división meiótica (¿se acuerdan, cabros, de eso.... Brrrrrrrr, me vienen tiritones?). Si no tienes sangre en las venas, un héroe no te dice nada.
O el otro curso, Santo Tomás y Aristóteles:Claro, son más volados y difíciles que la división meiótica, pero lo que esos tipos hacían e hicieron es nuestro ADN cultural. O sea, cuando un cura dominico se sienta en un monasterio húmedo con velitas a traducir del griego al latín a un pagano muerto hace siglos, ese tipo juraba de guata que estaba haciendo filosofía, pero también hizo dialogar dos mundos que parecían contradictorios; dos culturas que si no se empezaban a comunicar unas con otras, se iban a las manos, y a los cuchillos, y a las hogueras (y entre nos, no le cuenten a nadie... en este país ese tema no es menor. Hay mucho gringo que pagaría millones por un Santo Tomás que transforme el odio musulmán en un diálogo filosófico tan aburrido como la Suma Teológica) Se puede decir lo que se quiera de los gringos, pero los que están sangrando son los hermanos de las señoras que aquí hacen el aseo o que atienden los servicios. Les dije que aquí conocí a "Yísus". Bueno, es un taxista que dice que es Jesús, pero anda vestido como el Che Guevara. Él tiene un hijo en Irak y no entiende de Santo Tomás, pero el diálogo que nosotros estudiamos podría salvarle la vida a su hijo. Supongo que lo canonizaron no por buen filósofo a Tomás de Aquino, sino porque nos ahorró varios decapitados y quemados en los libros de historia.
El tercer curso de este año -yo no lo tomé- es sobre Justicia y Ley, y por lo que he entendido discuten y hacen debates sobre distintos temas de derecho internacional. O sea, problemas que si no se resuelven, terminan también a balazos. Y de muestra un botón. Anoche nos juntamos a ver una película tremenda sobre prisioneros de guerra que fueron obligados a construir una via férrea (no es el Puente sobre el río Kwai). Actúa Kiefer Sutherland, el de la serie "24" y se llama El fin de todas las guerras. A parte de lo potente de la película y que después había toda una larga sesión de estudio en la biblioteca, tuve una interesante catársis (porque eso no fue una conversación) con un brasilero, una española y una polaca sobre las distintas opciones del servicio militar en cada uno de nuestros países. Les comenté a ellos que yo había hecho el servicio militar en Chile; les expliqué que no era una máquina de combate (evidente de puro verme, nada más), pero que en nuestro Chilito nos hacen hacer un juramento y que, llegada la hora ese juramento se cumple. Y ahí me cayó un tejazo impecable respecto de cómo se multiplican los contactos en estos cursos. No me cabe la menor duda de que muchos de los que aquí están van a tener cargos importantes en sus países. Y me fascinaría tener la certeza de que la persona que va a ser presidente de México o de Colombia ha visto la película que nosotros vimos anoche; que si algún día le toca firmar un decreto declarando una guerra, no está jugando PS2 ni Nintendo (¿existe todavía esa cuestión?).
O sea, no es la tragedia ni el miedo a la guerra lo que hace especial esto, sino que se trata de preguntas que ninguno de nosotros tiene respondidas; no son preguntas que están respondidas en los libros (si así fuera, ya nos habríamos enterado y lo habrían dicho por televisión). Se trata en verdad de que uno tiene el privilegio de aislarse por un mes en un ambiente especialmente diseñado para reflexionar estas preguntas que si bien no tienen respuestas, la gracia está en que trates de hacerlo. Porque el modo en que las respondes es el modo como vives, y mientras vives las vas respondiendo. No son exámenes, no son ensayos ni pruebas de alternativas. Se responde con la vida. Y eso es especial. Más aún si lo puedes hacer con personas de otras partes.
¿Muy denso? Lo siento... mentira, no lo siento.
También hay trivialidades... mentira, no es trivial. Bueno, fue cómico al menos. Pudo haber sido peor, pero ni tanto. La cosa es que casi quemamos un dorm. ¡Dos veces! Les conté que era la "Fiesta internacional" y que ayudé a organizarla. Cada país me mandó un listado de materiales y recolecté la plata entre los internacionales. Y la delegación española hizo "tortilla de patatas". Los chilenos cocinamos empanadas de pino y sopaipillas y así, suma y sigue: Argentina, Italia, Polonia, Croacia y Palestina (Brasil guateó, muchachos). La cosa es que las tortillas me recordaron la cocina del Estadio Español y el olorcillo aquel. La única diferencia es que el dorm de las chicas no es el Estadio Español. Se inflamó quemador de la cocina con aceite, salió muchísimo humo, se activó la alarma contra incendio-con gran alegría de las gringas del dorm, se lo imaginarán-así que empezó la evacuación del inmueble.
Llegan los dos metros y 120 kilos de Joe Sixpack vestido con su traje amarillo fosforescente y casco indicándonos que saliéramos al patio. Le íbamos a contrargumentar que sólo era una sartén y que... nada. Él si que no sabe de Santo Tomás ni de diálogos interculturales. De un ala para afuera los hispanoamericanos. Revisó todo, apagó la alarma y pudimos entrar a terminar la tarea. Lo más sensacional es que cuando todo el dispositivo tipo 911 se retiraba me acerqué al capitán de bomberos para agradecerle y -periodista mediante- preguntarle cínicamente a qué se debía el disparo de la alarma. Para mi sorpresa, regocijo y desagrado de las gringas presentes, el capitán de bomberos le echó la culpa a las gringas. Ellas estaban haciendo un asado afuera (hamburguesas, no crean más) y tenían la parrilla frente al acceso al edificio. Cito y traduzco textual: "El humo de la parrilla ingresó al edificio, sumado al humo de la cocina, se disparó la alarma". ¿Ha visto ud, estimado lector que el humo "haga ingreso a un edificio"? Las gringas, al menos, no. Estaban furiosas. El capitán de bomberos les había echado la culpa olímpicamente.
Mientras hacían la última tortilla -quedábamos tres en la cocina, el resto se estaba cambiando y llevando las cosas al lugar de la fiesta- se volvió a inflamar quemador de la cocina. Cinco minutos antes había puesto un ventilador apuntando sobre el sensor de la alarma; eso nos dio un par de segundos de gracia porque la humadera que salió era maravillosa. Balde de agua encima, y san se acabó. Esa vez ya no había asado afuera que nos exculpara.
La fiesta fue un éxito, al menos por lo que me contaron. Cuando llegué duchadito ya no quedaba nada y todos encontraron deliciosas las empanadas y las "sopaicuilas" "zopilaillas", esa masa amarilla con pebre. Alcancé a agarrar sólo unos cuadrados de tortilla, bendita tortilla. Roberto Munita se lució con dos detalles: Primero, en la mitad de la fiesta sacó muchas copias de un listado de modismos chilenos y su traducción al inglés. Algo así como el diccionario famoso del gringo que fue a Chile: "How to survive in the Chilean jungle". Debería haber grabado a Sebastian, el gringo, hablando como chileno. Un espectáculo a parte. El segundo, repartió hojitas con letras de cuecas y, entre ellas, una adaptación de la canción de Los Iracundos a Puerto Montt, pero lo cambió por Notre Dame. Y en vez de estar "Sentado frente al mar", es "Sentado frente a Zahm" (uno de los dorms). Otro exitazo. Agradezco, además, públicamente a la Anita B. por las cuecas, porque hubo hasta pie de cueca con la del guató Loyola.
Tengo sueño. Luego, Chicago, supongo. Cariños, abrazos y todas esas cosas que se ponen al final de los mails y posts (con especial cariño a mi hermana Pepa que tiene su título profesional... con mucho mejor nota que yo. Felicitaciones Piiipaaaaa).
No pretendan que actualice el blog a esta hora de la madrugada. Luego van las fotos.
José Agustín Muñiz Viu
Decidí ser feliz toda mi vida: cuando me vea olvide sus problemas y sonría